El programa Rutas PDET del Fondo Europeo para la Paz, desarrolla acciones para el fortalecimiento de la productividad, la competitividad y la sostenibilidad de las cadenas productivas láctea y cacaotera en el departamento de Caquetá, Putumayo y en el municipio de Tumaco, Nariño.

El programa Rutas PDET del Fondo Europeo para la Paz, implementa cinco componentes para el mejoramiento de las cadenas productivas láctea y cacaotera. Entre ellos está el desarrollo de infraestructura vial; la aceleración empresarial y financiera; la innovación tecnológica para la implementación de buenas prácticas agrícolas y ganaderas; el encadenamiento productivo para fortalecer la competitividad y la generación de alianzas estratégicas para favorecer capacidades de comercialización y la promoción del crecimiento empresarial.

En la incorporación de cada componente está la integralidad del programa. Además, esto apunta a resolver tres cuellos de botella que se generan en la mayoría de los programas productivos en el campo: infraestructura en vías, asistencia técnica y comercialización”, dice Carolina Navarrete Frías, coordinadora del Programa Rutas PDET para la Alianza Bioversity International y el CIAT.

Recientemente, inició el desarrollo del componente de innovación en los territorios. “A través de paquetes tecnológicos queremos implementar la producción de ganadería sostenible, en el departamento de Caquetá, y los sistemas agroforestales en la producción de cacao, en el departamento de Putumayo y en el municipio de Tumaco (Nariño)”, explica Navarrete. Sin embargo, este componente no solo busca que establezcan cultivos de cacao y se mejore la producción láctea, también quieren fortalecer las capacidades técnicas en las y los productores.

Además, el programa Rutas PDET quiere establecer Acuerdos de Conservación para desarrollar intervenciones que fortalezcan toda la estructura ecológica y certificar las buenas prácticas agrícolas en ambas cadenas productivas.

Innovación en la producción cacaotera

Hace poco inició la etapa de planificación para el desarrollo de acciones de innovación en la cadena productiva de cacao en el departamento de Putumayo y en el municipio de Tumaco. “Estamos implementando una ruta técnica para el diseño e implementación de sistemas agroforestales sostenibles, apoyar la implementación de buenas prácticas agrícolas, mejorar los procesos de poscosecha y aportar en toda la línea de producción de cacao”, asegura William Melo, asociado de investigación senior de la Alianza Bioversity International y el CIAT.

Como primera acción, están observando la producción de cacao y reconociendo cuáles son las características ambientales de las zonas para realizar diseños y construir corredores ambientales a través de especies nativas de árboles que cumplen funciones relevantes dentro de los entornos.

Innovación en la producción lárea

En el caso de los ganaderos de Caquetá, su mayor apuesta es adaptar los ecosistemas territoriales a la conservación y la implementación de sistemas silvopastoriles. Lo anterior desde una mirada de la ganadería sostenible. “Queremos generar una transición hacia una ganadería más intensiva que esté centrada en áreas y no extensiva. También que podamos mejorar la capacidad de captura de carbono y reducir emisiones de metano”, explica Navarrete.

Hasta el momento, gracias al programa Rutas PDET, se han caracterizado y diagnosticado 16 organizaciones productoras y pequeñas empresas vinculadas a la cadena láctea. “Hay una apertura de las comunidades a aprender y eso es muy valioso. Igualmente, tienen compromisos con la conservación”, menciona Navarrete. En cualquier caso, buscan contribuir al desarrollo rural integral y sostenible en la cadena de producción de lácteos a través de la innovación tecnológica.

Más aportes en innovación técnica y ambiental

En cuanto a la asistencia técnica, implementan proyectos como las “giras técnicas” que consisten en que las y los agricultores intercambien experiencias con otros agricultores de la región y en otras partes del territorio nacional. Estas experiencias no son nuevas, pues ya se han desarrollado con agricultores en Dabeiba (Antioquia) y Pueblo Bello (Cesar). Con quienes se compartieron experiencias en torno a certificaciones en Buenas Prácticas Agrícola, Fair Trade y producción orgánica.

En estos procesos de intercambio de conocimiento, también se ha contado con el apoyo del SENA, FEDECACAO y CENICAFE, pues la experiencia de los cafeteros tiene una relevancia muy importante para las y los productores de cacao. En primer lugar, porque ambos cultivos se realizan en asocio con árboles y, en segundo lugar, por los factores de calidad y aroma que se logran en procesos de beneficio.  

En el tema del suelo también están realizando muestreos para definir los planes de fertilización y entregar insumos acordes a las necesidades de las familias. “Se requiere una lectura contextual y específica que posibilite aportar lo que cada familia necesita. No vamos a entregar fertilizantes por entregar, estamos teniendo en cuenta particularidades técnicas y culturales de cada familia”, asegura Melo. Este tipo de iniciativas, dicen los expertos, aseguran que los recursos invertidos estén teniendo un impacto efectivo en las comunidades y en el medio ambiente.

Aunque en este momento están terminando la etapa de planificación en todos los territorios, su objetivo es garantizar que las acciones perduren y que su aporte esté en la sostenibilidad de los proyectos. “Estos programas están llegando a la Colombia profunda y están intentando aportar a una realidad compleja. En el país debemos tener una escucha empática y abierta a la diversidad, porque todos pensamos distinto y eso es valioso. Nuestra gran apuesta es trabajar en un paquete tecnológico para las cadenas productivas en donde todas las organizaciones que estamos en esas zonas aportemos a un solo objetivo”, puntualiza Navarrete.

Esta historia contribuye al Pilar 4 del Fondo Europeo para la Paz: Productividad sostenible e incluyente. Si quieres conocer más sobre los pilares del Fondo, haz clic aquí

Sobre el Fondo Europeo para la Paz

El Fondo Europeo para la Paz es un mecanismo de cooperación de la Unión Europea creado para acompañar al gobierno colombiano en la implementación del Acuerdo de Paz, con énfasis en el Punto 1 de Desarrollo Rural Integral y Punto 3 en lo que concierne a la reincorporación de la población excombatiente de las FARC-EP a la vida civil. En el marco del Fondo se han puesto en marcha 31 intervenciones mediante las cuales se pretende contribuir a la reconciliación de la sociedad colombiana, a la reincorporación social y económica de excombatientes, a la equidad de género y la inclusión de sectores vulnerables de la población, al desarrollo rural sostenible e incluyente, y a la presencia legitimadora de Estado y la gobernanza local. La cobertura geográfica de las diferentes acciones del Fondo abarca 27 departamentos y 145 municipios del país.