El lento ritmo en la implementación de los puntos del Acuerdo de Paz y los obstáculos para el retorno a la vida civil son unos de los mayores retos que enfrentan mujeres y hombres en proceso de reincorporación, pues además de hacerse cargo de sí mismos, de hacerse a un lugar, supone procesos de construcción de confianza y nuevas formas de organización y de nuevos vínculos, en los que aprenden a interactuar en los diferentes espacios de la vida civil, en particular lo económico-productivo y la economía solidaria.

Frente a estos desafíos, el proyecto Integración para la reconciliación está implementando estrategias para el fortalecimiento organizativo y desarrollo del potencial productivo de las personas en proceso de reincorporación en los departamentos de Nariño, Guaviare, Cesar y Antioquia. La metodología del proyecto comprende un diagnóstico inicial de las organizaciones, a partir de la Medición del Emprendimiento Rural (MER), a fin de diseñar según las debilidades identificadas, y de manera participativa, los respectivos planes de fortalecimiento, relacionados con la formalización, el establecimiento de la estructura administrativa adaptada, el fortalecimiento de las capacidades sociales y la incorporación de medidas para fortalecer procesos asociativos, así como, la estructuración técnica de proyectos productivos.

En el ámbito organizativo, una de las iniciativas del proyecto está dirigida al apoyo de 144 personas de las 190 en proceso de reincorporación que residen en el municipio de Dabeiba, Antioquia. Las y los participantes de esta iniciativa se encuentran mayormente organizadas en dos cooperativas: AGROPROGRESO en el ETCR de Llano Grande y la Cooperativa COOMUFUPAZ que desarrolla sus trabajos en las veredas de Godó, Tascó y Chamuscado.

Si bien, en procesos de reincorporación, los cambios de actitud requieren tiempo, las personas reincorporadas coinciden en señalar que las capacitaciones y encuentros comunitarios han generado cambios – tanto a nivel individual como colectivo -en sus formas de relacionarse, abriendo espacios de diálogo y de participación en la toma de decisiones para resolver situaciones cotidianas. “Uno no cambia de la noche a la mañana, pero con tantas capacitaciones hemos aprendido a expresar lo que pensamos, sin pena, ni miedo. Cuando nos reunimos en asamblea, todos participamos; no sólo es una reunión para informar lo que se está haciendo, sino que, si existen personas que piensan diferente o no están contentas con algo, pueden expresarse libremente (…) Nos hemos organizado en la cooperativa, tenemos diferentes comités y cada uno tiene responsabilidades claras. Las decisiones no las toma una sola persona, sino que nos reunimos cada vez que se necesita, exponemos nuestras ideas y nos quedamos hasta que se den consensos, así nos demoremos un poco más (…) Si alguien se desanima, ahí estamos los demás para apoyarlo.”

“Organizarse” trae consigo el concepto de la búsqueda del bienestar común y prácticas solidarias que integran la construcción de un capital social que beneficia no sólo a las personas en proceso de reincorporación sino a todos los miembros de sus cooperativas, y de la comunidad en general. “Cuando renunciamos a las armas y a la vida que llevábamos, fuimos recibidos y apoyados por los campesinos de estas tierras. El apoyo técnico que nos han brindado no es sólo para nuestro bienestar y el de nuestras familias sino para la comunidad. Por eso todo lo que sabemos lo transmitimos, y de los productos que nos dan para la fertilización lo compartimos con la comunidad. Estamos juntos en todo, en las buenas y en las malas”. En efecto, en los meses de junio y diciembre 2020, en tiempos de emergencia por la ola invernal y en ayuda a la situación causada por la pandemia, los miembros de la Cooperativa COOMUFUPAZ decidieron transportar y donar parte de su cosecha representada en frijol, plátanos, maíz y también de tilapia para ayudar a la gente necesitada de la cabecera municipal de Dabeiba. Estas donaciones se entregaron a la secretaria agroambiental de la Alcaldía local.

Otro aspecto clave de este proceso tiene que ver con una mayor comprensión de lo que significa agremiarse empresarialmente incluyendo su formalización legal: las dos cooperativas pasaron de ser consideradas “organizaciones en papel” a ser formalizadas ante la DIAN y Cámara y Comercio. En un año, COOMUFUPAZ ha logrado incorporar la elaboración de reportes contables y financieros, el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, y han diseñado, ellos mismos, los reglamentos de su cooperativa y su plan de negocios, priorizando como líneas productivas el cultivo de cacao, yuca y el trabajo en piscicultura. Aunque existen requisitos adicionales para lograr formalizar sus unidades productivas, tales como licencias, certificaciones y otras obligaciones que requieren una inversión significativa de capital, se han dado a la tarea de ser coherentes con los requisitos legales, y con la estructuración de los aspectos básicos del cooperativismo, tales como disponer de funciones regulares y reuniones periódicas de la asamblea, roles y funciones de la junta, derechos y deberes de sus asociados, participación de las mujeres en cargos de decisión, y adopción de procesos de toma de decisiones de manera consensuada. 

Pese a las dificultades en materia de formalización de la tierra, como es el caso de AGROPROGRESO, y la falta de capital para invertir en sus líneas productivas, las personas en procesos de reincorporación reiteran día a día su compromiso con el proceso. A nivel de ingresos mensuales, los miembros de COOMUFUPAZ, no alcanzan a la mitad de un salario mínimo, pues el periodo de producción es largo; en el caso del cacao el fruto se ve a los tres años. No obstante, sus miembros acompañan esta producción con la siembra de pancoger y hortalizas que son de ayuda para el autoconsumo y su comercialización local. Desde COOMUFUPAZ, se han dado a la tarea de negociar terrenos en comodato, gestionar con personas y asociaciones de la región, mejorar la calidad en la transformación de sus productos para comercializarlos con mayor valor agregado. En menos de dos años, esta cooperativa ha desarrollado relaciones de confianza con productores de la región, activando una línea crediticia con el pago a tiempo de sus compromisos; y, se ha unido con asociaciones locales como Agrodabeiba para la transformación del cacao (nibs, mermelada y chocolate) y su comercialización a nivel regional en el 2021. Asimismo, la gestión que han logrado con la Alcaldía local de un centro de acopio en comodato les permitirá, en un futuro cercano, mejorar sus ventas, atraer redes de mercado, fomentar la compra del producto campesino a un precio justo y una integración a la comunidad a nivel social y económico en beneficio de todos los habitantes del municipio. 

“El acompañamiento técnico y la oportunidad de tener definidas nuestras líneas de producción hace que nuestros esfuerzos poco a poco vean los resultados. El cacao es para toda la vida y estamos comprometidos con ese proyecto. (…) Como Cooperativa estamos gestionando el sitio de acopio, y ahora, con los moto cargueros, será más fácil el transporte de nuestros productos al municipio, rompiendo el tema de los intermediarios y comerciando directamente. (…) Todo ese esfuerzo en legalizarnos tiene sus frutos, pues la idea no es sólo vender lo que cosechamos como COOMUFUPAZ, sino también, comprar los productos de los campesinos de las veredas de nuestro municipio a buen precio. Así es que nos reintegramos, cuando trabajamos juntos, con las comunidades, gestionando las cosas para el beneficio de todos”. 

Esta reseña de caso, que contribuye al Pilar 2 del Fondo Europeo para la Paz: Reincorporación de exintegrantes de las FARC-EP a la vida civil en lo económico y en lo social, fue publicada en el VIII Informe de seguimiento del Fondo Europeo para la Paz (octubre – diciembre 2020), y refleja algunos de los logros del proyecto Integración para la reconciliación, ejecutado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en consorcio con la Agencia para la Reincorporación y la Normalización. El texto está basado en documentación facilitada por FAO y en entrevistas a miembros de su equipo y a actores clave del proceso, algunos de cuyos testimonios se recogen en los párrafos en cursiva.

Sobre el Fondo Europeo para la Paz: El Fondo Europeo para la Paz es un mecanismo de cooperación de la Unión Europea creado para acompañar al gobierno colombiano en la implementación del Acuerdo de Paz, con énfasis en el Punto 1 de Desarrollo Rural Integral y Punto 3 en lo que concierne a la reincorporación de la población excombatiente de las FARC-EP a la vida civil. En el marco del Fondo se han puesto en marcha 31 intervenciones mediante las cuales se pretende contribuir a la reconciliación de la sociedad colombiana, a la reincorporación social y económica de excombatientes, a la equidad de género y la inclusión de sectores vulnerables de la población, al desarrollo rural sostenible e incluyente, y a la presencia legitimadora de Estado y la gobernanza local. La cobertura geográfica de las diferentes acciones del Fondo abarca 26 departamentos y 147 municipios del país.