Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Comunicador social del proyecto MIA en Caquetá y Chocó.

Ver crecer a su comunidad es una meta para Andrea, y su manera de trabajar por ello es aportando a la educación a través de la lectura. En su rol como bibliotecaria, crea estrategias para que su comunidad aprenda a través de los libros. Asimismo, se prepara cada día a través de los cursos formativos del proyecto MIA del Fondo Europeo para la Paz.

Amabilidad, perseverancia y alegría son algunas de las palabras que caracterizan a las y los habitantes de la comunidad rural de Santa María en Carmen del Darien, Chocó. Este territorio hace sentir muy orgullosa a Andrea Vera, quien vive allí desde hace diez años, y es la encargada de abrir las puertas cada día de la pequeña biblioteca, para que niños, niñas, jóvenes y adultos aprendan algo nuevo a través de los libros y el Internet.

“Me siento muy orgullosa de mi comunidad, junto a mi gente me siento muy segura. Aquí estamos muy unidos, es muy bonito ver que llevamos ya años estando juntos, y de todos modos, cada día aprendemos algo nuevo del otro. Es un lugar que te permite respirar aire fresco todos los días y sentirte en familia”.

Andrea comienza su día a día con la preparación de los alimentos de su hogar, conformado por cuatro hijos hombres y dos mujeres. Se apoyan para dejar la casa completamente limpia, luego ella se arregla y parte a su trabajo como bibliotecaria, un espacio educativo a disposición de la comunidad.Comparte libros, apoya los procesos de formación de mujeres y hombres, ayuda a vecinos con sus trámites, convoca reuniones para planificar actividades de fortalecimiento comunitario, y a la misma vez, se forma virtualmente gracias al proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA, del Fondo Europeo para la Paz. Actualmente se encuentra en la etapa final de su cuarto curso en las Escuelas Digitales Campesinas – EDC.

Con gratitud expresa todos los aspectos positivos que ha traído este proyecto al Chocó: “Al proyecto MIA yo le agradezco mucho, porque he aprendido a relacionarme más con las personas y actuar cuando uno de mis compañeros necesita apoyo. Estoy contenta porque ya hice cuatro cursos en MIA: el de Alfabetización Digital, Asociación y Emprendimiento, Derechos Humanos y ahora estoy con Mi Proyecto de Vida en el Campo, donde aprendemos a querer lo nuestro, encontrar los medios en nuestro territorio para salir adelante. El profe Juan Esteban ha sido esencial por su colaboración y constancia con nosotras”, afirma.

Cada proyecto y formación que llega al territorio siempre tiene como primera participante a Andrea. Para ella aprender es llenar el alma, en especial con los cursos del proyecto MIA a través de las EDC, pues considera que son propicios en su territorio: “Las unidades de estas formaciones de MIA tienen que ver con las necesidades de mi comunidad: han aprendido a usar la tecnología como una herramienta de solución a varias necesidades, como lo es el acceso a la educación. A través del estudio virtual, el campo va avanzando y no nos estamos atrasando, estamos conociendo herramientas que nos ayudan a progresar” .

Soñar por todos y todas

Para Andrea, dedicarse a su familia no ha limitado sus sueños, por el contrario, ella sueña por docenas: por sus seis hijos y por su comunidad, que la ha apoyado desde que llegó.

“Me veo en el futuro con una vida más tranquila y realizada, sacando a mis hijos adelante; pero también a mi comunidad, quiero que todos avancemos y seamos cada día más grandes, educándonos. Nunca debemos perder nuestra cultura y costumbres, desde pequeños debemos educar a nuestros hijos para que no discriminen, conozcan sus riquezas y no se avergüencen de lo que son”. Para el proyecto MIA es gratificante apoyar a través de la educación a mujeres rurales que han sido valientes ante la violencia del conflicto armado y las necesidades de sus territorios. Mujeres que ante estas circunstancias siguen soñando por sus hijos, por su comunidad y por ellas mismas. Por esto, Acción Cultural Popular – ACPO, Diócesis de San Vicente del Caguán y la Registraduría Nacional del Estado Civil, implementadores del proyecto continuarán avanzando en esta época de pandemia en el fortalecimiento de la mujer rural y reincorporada.

Esta historia aporta al pilar 3: Inclusión poblacional: jóvenes, mujeres y grupos étnicos. Para conocer más sobre los pilares estratégicos, visita: www.fondoeuropeoparalapaz.eu/pilares-estrategicos