Garantizar el suministro de agua potable en términos de cobertura, calidad y continuidad es fundamental para asegurar buenas condiciones de vida a la población firmante del Acuerdo de Paz. Los antiguos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (AETCR) de Charras y de Colinas, establecidos en Guaviare en 2017, se concibieron como asentamientos temporales para un máximo de 2 años, y los sistemas de abastecimiento y potabilización de agua fueron diseñados como respuesta inmediata, no permanente, a la necesidad de agua segura, presentando en el corto plazo diversos problemas técnicos. Las deficiencias en el proceso de sedimentación, floculación y coagulación del agua obstruían los filtros con materia orgánica, de forma tal que el agua suministrada no podía considerarse apta para el consumo humano. Adicionalmente, las fuentes hídricas utilizadas, escasas en verano, eran sobreexplotadas lo que comprometía la continuidad del servicio, y el uso continuado de estas infraestructuras temporales provocó el desgaste de las tuberías, originándose diversas fugas en la instalación.

Finalmente, las infraestructuras comunitarias de los AETCR, como la escuela, el centro de salud o el centro de cuidado infantil, no contaban con las instalaciones de saneamiento necesarias y funcionales, obligando a niños y niñas a ausentarse de la escuela y desplazarse por zonas sin vigilancia de adultos; en el caso del centro de salud o del centro de cuidado infantil, esta carencia de servicios generaba mayor demanda de uso de los baños colectivos existentes, provocando desavenencias en la comunidad por su mantenimiento y limpieza.

Para enfrentar de manera rápida la problemática de acceso al agua potable, el proyecto Caminemos Territorios Sostenible entregó en 2019 a 84 familias de los dos AETCR, sistemas de tratamiento de agua con tanque de almacenamiento y velas filtro para reducir la presencia de bacterias. Se acompañaron esas entregas con capacitaciones sobre los principios básicos de consumo de agua, riesgos de enfermedades por el consumo de agua contaminada, higiene y saneamiento. Para resolver la problemática de forma más sostenible, y en concertación con la población de los  AETCR, con la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) y con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el proyecto adecuó una planta de tratamiento de agua potable, un laboratorio de calidad de agua, 39 lavaderos y 14 unidades sanitarias con sistema de tratamiento de aguas residuales en el AETCR de Charras; asimismo, construyó otra planta de tratamiento y una unidad sanitaria en la Finca Nuevo Horizonte, espacio donde la población de este AETCR desarrolla algunos de sus proyectos productivos. En el AETCR de Colinas se mejoró el sistema de bombeo y se construyó el laboratorio de calidad de agua y 4 unidades sanitarias en áreas comunes con sistema de tratamiento de aguas residuales. Previamente al mejoramiento de infraestructura, en articulación con el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), se capacitaron cinco personas de cada AETCR en gestión técnica, administrativa, financiera y ambiental para garantizar el correcto uso y mantenimiento de las infraestructuras y la protección de las fuentes de abastecimiento de agua, a fin de propiciar la sostenibilidad del servicio. Estas personas conformaron los dos Comités de Agua y Saneamiento, que fueron responsables de la veeduría comunitaria de la construcción de las infraestructuras, y en el futuro se encargarán del mantenimiento de las instalaciones y del monitoreo de la calidad del agua, con el apoyo técnico de la ARN.

Tras la construcción y puesta en marcha de las plantas de tratamiento, se han evidenciado mejoras en la calidad del agua. En general, en los dos AETCR se observan parámetros más adecuados en aspectos como conductividad, color aparente, PH y turbidez. El mejoramiento de la calidad del agua y la disponibilidad del laboratorio para hacer el seguimiento y preservar esa calidad, están permitiendo mitigar los riesgos de transmisión de enfermedades asociadas al consumo de agua de mala calidad, tales como diarrea, hepatitis A y leptospirosis, particularmente presentes en Guaviare.

“El agua ahora es más pura, más clara, no trae sedimentos. Hemos visto que los problemas de diarreas, de enfermedades por alto nivel de cloro, ya no se presentan, sobre todo en los niños”.

Explica el líder del AETCR de Charras.

En el caso del AETCR de Charras, el agua de la planta de tratamiento llega también al colegio internado de la vereda vecina, que acoge a niños y niñas del AETCR y de la comunidad, brindando agua potable en particular para la preparación de alimentos. Se observa también una mayor continuidad en la disponibilidad de agua incluso en los episodios de sequía como lo confirma un habitante del AETCR de Colinas:

“Ha sido un cambio notable, ya no se presenta la escasez de agua que se presentaba anteriormente. Antes las casas se quedaban sin agua a veces hasta por varios días, y este año no faltaron de agua ni un solo día”.

Además, las unidades sanitarias han mejorado aspectos de salud, higiene y seguridad, incidiendo también en el respeto a la dignidad de las personas, y contribuyendo a disminuir los conflictos por el uso y el mantenimiento de los baños.

“Ahora las familias beneficiarias logran tener privacidad, y también esas unidades sanitarias aportan unas mejores condiciones de higiene y salubridad”.

Explica un funcionario de la ARN.

Y en otro orden de cosas, la construcción de redes de conducción de aguas residuales ha reducido el riesgo de contaminación de suelos, fundamental para los proyectos productivos de los dos AETCR.

Facilitar el acceso de las y los firmantes de paz a los servicios de agua y saneamiento supone una contribución importante del proyecto Caminemos a la atención de los derechos fundamentales de dicha población en lo que ha habitabilidad se refiere, en consonancia con lo establecido en la Política Nacional para la Reincorporación Social y Económica de Excombatientes de las FARC-EP.

Esta reseña de caso, que contribuye al Pilar 2 del Fondo Europeo para la Paz: Reincorporación de exintegrantes de las FARC-EP a la vida civil en lo económico y lo social, fue publicada en el XIV  Informe de seguimiento del Fondo Europeo para la Paz (abril – junio de 2022), y refleja algunos de los logros del proyecto Caminemos Territorios Sostenibles para la Paz, ejecutado por ONF Internacional, en consorcio con Alquería, Fundación Éxito, Acción Contra el Hambre y la Gobernación del Guaviare. El texto está basado en documentación facilitada por el proyecto y en entrevistas a miembros de su equipo y a actores clave del proceso, algunos de cuyos testimonios se recogen en cursiva.

Sobre el Fondo Europeo para la Paz

El Fondo Europeo para la Paz es un mecanismo de cooperación de la Unión Europea creado para acompañar al gobierno colombiano en la implementación del Acuerdo de Paz, con énfasis en el Punto 1 de Desarrollo Rural Integral y Punto 3 en lo que concierne a la reincorporación de la población excombatiente de las FARC-EP a la vida civil. En el marco del Fondo se han puesto en marcha 31 intervenciones mediante las cuales se pretende contribuir a la reconciliación de la sociedad colombiana, a la reincorporación social y económica de excombatientes, a la equidad de género y la inclusión de sectores vulnerables de la población, al desarrollo rural sostenible e incluyente, y a la presencia legitimadora de Estado y la gobernanza local. La cobertura geográfica de las diferentes acciones del Fondo abarca 26 departamentos y 150 municipios del país.